martes, 24 de mayo de 2011

CARTA A VICENTE ALEIXANDRE


(Mañana y Alcázar de Córdoba)
Ricardo Molina
A la luz de cada día

Has visto el rostro eterno y variable,
ahora sol, luego viento, luego sombra,
hombre, dios, luna, cielo, fuego, río,
la faz de todo, el rostro numeroso.
Tú eres cuanto has visto. El que en la parte
no lo ve todo es vago sueño en humo
de carbón o de lago…

Este jardín
cerrado es todo el tiempo. Las almenas
primaverales triunfan con sus siglos
de musgo nuevo. El agua de la alberca
-oro y verdor- no muere:

Está mirándola,
mirando eternidades en el día,
oyendo las palabras de los árboles,
inmóvil, quedamente, acariciando
la creación bella en una sola flor…

La flor te ha cautivado con su todo
preso en goce de beso fugitivo
donde el ser en su pleno ser se embriaga,
pequeño edén rizado en rojos pétalos.

Así tú eres en el dulce ámbito
del cerrado jardín todas las cosas.
Perdido en tanto solitario río,
tanta selva de cálidas criaturas,
tanto incendio de llanto en gloria de astros,
tanto goce de luces e la altura,
a tu abandono el mundo se abandona
y en tu visión se funde -uno y vario-
el ser en claridad total del cielo
o bien se quiebra en olas, flores, alas,
iris de la hermosura universal.

Foto. B. Olivares. Campanula del Bejarano

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