martes, 24 de mayo de 2011

LA NECESIDAD COMO VIRTUD


Córdoba en la poesía de Pablo García Baena
Carlos Clementson

Íntima, sencilla y muy circunscrita a un ámbito local determinado, y casi con análoga ausencia de grandes ambiciones como el vate latino, Cántico es también un estilo de vida, en gran parte determinado por el clima, las circunstancias y la penuria moral y económica de la ciudad y de la época, que impide a los jóvenes miembros de este grupo toda escapada, lejos de su concreto ámbito natal, tras los deslumbradores espejismos de la gran capital y sus grandes núcleos de irradiación cultural; un estilo de vida condicionado por una generalizada estrechez mental y de horizontes cual es la imperante en su tiempo —la oscura postguerra española— y que les lleva a buscar refugio en la cultura, en el arte y la literatura, en sus juveniles ansias de ideal, a falta de otras posibilidades más brillantes y sugestivas.

Un estilo de vida provinciano, recoleto, amistoso, de tabernas y excursiones por la Sierra —por Trassierra, por Sandua, Piedrahita...—, de contemplación gustosa y compartida de un paisaje tanto urbano como natural bellísimo y cargado de nobles resonancias históricas, como contrapeso a un presente ciertamente represivo y frustrante, y en el que los íntimos sentimientos tanto estéticos como afectivos cobran significaciones liberadoras. (Los más decisivos miembros del grupo apenas si salen o viajan fuera del ámbito doméstico de su ciudad, con breves escapadas a algún punto de la geografía andaluza. Horizontes culturales como los de Francia, Italia o Grecia —meca anhelada de sus más hondas inquietudes y que incluso llegarán a ser evocados en algunos de su poemas— quedan tan sólo como añorados polos de atracción de su espíritu por la menesterosidad y forzada clausura nacional de la época).

La salvación radicará en la intensidad y pureza de sus propios sentimientos y afanes, en esa íntima y radiante aspiración a la cultura, el arte y la belleza como salvación, y que en el marco de una ciudad tan favorecida por la historia también puede cumplirse con reconfortante plenitud si se tiene una mirada virgen y un corazón dispuesto.

Foto:B. Olivares.Pablo Garcia Baena en el patio su casa.

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